sábado, 16 de febrero de 2013

Agartha


Agartha sería un continente intraterreno.
Este continente tendría millones de habitantes y muchas ciudades, y su capital sería Shamballa.
Existen túneles secretos que comunicarían Agartha con el mundo sobre la superficie.
- Uno de esos túneles se encontraría en Lhasa, en el Tibet.
- Otro sería el sistema de cuevas del Parque Nacional de la Cueva del Mamut en el SO del Estado de Kentucky. Se trata de un sistema de galerías de 484 km., en cinco alturas diferentes. Es el sistema de cuevas conocido más largo del mundo; sus corrientes subterráneas forman el río Verde o Green. En el piso más hondo, a unos 110 m por debajo de la superficie, discurre el río subterráneo "Eco", Echo river en inglés, afluente del Green, que tiene una longitud de 1,2 km y una anchura máxima de 60 m en algunas de las lagunas que forma. En él habitan animales cavernícolas terrestres y acuáticos endémicos como moluscos, artrópodos, y vertebrados: arañas, gamaros, un cangrejo de río, y varias especies de peces ciegos. Todos ellos carentes de ojos y albinos. La temperatura en el interior de la cueva permanece de manera casi constante a 12,2º C. En algunas partes de la cueva los cristales de calcita, yeso y otros minerales precipitados cubren las formaciones rocosas formando llamativos paisajes.

- Otra salida/entrada se encontraría en Manaos, ciudad capital del Estado de Amazonas - Brasil, en la confluencia entre los ríos Negro y Amazonas.

- Un túnel similar conecta las cámaras secretas de la base de la gran pirámide de Giza con Agartha.
- Otro túnel tiene salida/entrada por el Matto Grosso - Brasil.
- Una más se abre en la falla de las Cataratas del Iguazú.
- También habría salida por la boca de los volcanes, por el fondo marino y numerosos más.

En las estepas de Siberia


Para las tribus nómadas que vivían en esta enorme extensión territorial, no era Siberia sino Kanun Kotan, la tierra de los dioses malignos.
La casi impenetrable floresta, el frío capaz de quebrar el hierro y convertir la madera en piedra, y las piezas de basalto con formas extrañas causaban el terror entre los nómadas.

Los nómadas temían su tierra en vez de amarla, pues bajo las profundidades de esta región se creía que vivía Erlik Khan, el dios de la oscuridad eterna y de la frialdad, en guerra constante con la única deidad benévola, el cielo azul.
Rumores de estas lejanas y sobrecogedoras tierras llegaron a los oídos de las culturas mediterráneas y semíticas, que no dudaron en identificarlas con los reinos apocalípticos de Gog y Magog (Gog, Europa del Este; Magot, Asia al Norte de Persia), circulando la leyenda de que Alejandro Magno (Dhu al- Qarnayn) había edificado una gran muralla para defender al mundo contra las hordas de salvajes al otro lado. Algún cataclismo habría producido un desplome que permitió la salida de estas huestes, dislocando los imperios occidentales.



Invasión mongol 

La gente que no tiene conocimientos ni información fidedigna (sólo rumores) explica los hechos mediante leyendas.

La ciudad perdida de Hsiung-Nu


La ciudad perdida de los Hsiung-Nu estaría en el desierto del Gobi.

Estas remotas ruinas se encuentran en la cuenca del lago seco Lop Nor.


A finales del siglo XIX, mientras que Ignatius Donnelly revolucionaba su época con el libro Atlantis: The Antiluvian Mystery, otro escritor, James Churchward, coronel del ejército británico, hacía lo mismo para otro continente perdido bajo las aguas del Pacífico con su libro The Continent of Mu sobre la sumergida Lemuria o Mu. En 1868 Churchward se encontraba en la India brindando ayuda humanitaria debido a la gran hambruna que asolaba el continente. Entonces pudo ver un bajorrelieve sumamente interesante en un templo y, al preguntar a los monjes acerca de su significado, se le informó que se trataba de la obra de dos “santos naacales” que en eras pasadas habían venido desde la desaparecida Lemuria para establecer colonias en el subcontinente. Fascinado por esto, Churchward emprendió una serie de viajes por distintas partes del mundo para descubrir las colonias establecidas por los sobrevivientes del continente sumergido. Uno de estos lugares se hallaba en Siberia, identificando este emplazamiento como la “ciudad capital” del imperio de los uigures, la legendaria Khara-Khoto. Estos uigures no guardaban relación alguna con los uigures actuales, ya que estos eventos habrían ocurrido hace unos 18.000 años. Este supuesto imperio, cuya existencia no figura entre nuestros conocimientos de la historia, mantuvo relaciones con el “imperio de los naga” en la India y la lejana Mu hasta que el hundimiento de Lemuria causó un maremoto de dimensiones incalculables que anegó media Siberia y la porción occidental de la península de Alaska, convirtiendo al Pacífico y el Océano Ártico por algún tiempo en un solo mar.

El Imperio UIGUR

Se desarrolló hace por lo menos 20.000 años en Asia.


Este mapa de la situación territorial durante la última glaciación muestra que había entonces mucho más tierra firme que ahora.

Las tribus mongolas tienen leyendas de ciudades antiquísimas, cuyos restos quedan a la vista del hombre después de enormes tormentas de arena, y que desaparecen después de la siguiente tormenta.

Mongolia

Los antropólogos y arqueólogos que han explorado Mongolia y las regiones siberianas tienen conocimiento de las estelas y menhires, algunas de ellas en pie, otras derribadas por el paso del tiempo, y de las extrañas estatuas femeninas (babas) colocadas sobre los túmulos.

La tumba de los genios

Pero un libro impreso en Inglaterra en 1876 contiene un grabado de lo que seguramente serían los megalitos más grandes conocidos por el hombre. Dicho texto, The Early Dawn of Civilization, (Howard, John Eliot. Victoria Institute Journal of the Transactions, 1876presenta al lector un conjunto de cinco enormes megalitos penetrando 3,7 m. bajo tierra. Con un peso estimado de casi 4.000 toneladas -serían casi 10 veces más pesadas que el monolito de Er Grah en Bretaña, y doble el tamaño del la famosa plataforma de Baalbek (Líbano), que sigue en su cantera-.

El nombre dado a este conjunto pétreo es “las tumbas de los genios” y supuestamente se hallaba en el valle del rio Kora. Los megalitos parecen más bien obeliscos, y no hay manera de explicar la forma en que estructuras de tal envergadura fueron levantadas ni el propósito que podrían servir.

En Siberia también están ocultos restos de civilizaciones pasadas, como los "calderos" de Khledyu, a lo largo de las aguas del río Viliuy.
Los calderos estaban hechos de alguna especie de metal extraño; el metal no puede ser cortado ni martillado. Están cubiertos de una capa de metal extraño que no es oxidación y que tampoco puede astillarse ni cortarse,  y son atribuídos a los kheligur, la “gente de hierro”, criaturas delgadas, negras y de un solo ojo, vestidas en trajes de hierro. Estos seres estarían relacionados con los otoamokh, o agujeros en la tierra; volcanes sin cono. http://es.wikipedia.org/wiki/Cono_volc%C3%A1nico

El investigador ruso Paul Stonehill afirma que la región de Yakutia, conocida en la actualidad como la República de Sakha, cuenta con grandes masas de agua inaccesibles al hombre, donde hay una fauna lacustre monstruosa, principalmente los lagos Labinkir y Vorota, tal vez producto de las radiaciones provenientes de estos dispositivos creados por el supuesto “imperio uigur” o como quiera que se haya denominado la avanzada civilización antigua que floreció en Asia hace 20.000 años.


Ouspensky, Gurdjieff, Roerich y Theodor Illion hablan sobre la existencia de una extraña élite de seres poderosos que desde épocas remotas controlan el destino de la humanidad desde Agharta, en el seno del gran continente asiático. Se les llama indistintamente la Gran Hermandad Blanca, los Nueve Desconocidos o el Rey del Mundo. Se dice que ellos tienen un dispositivo para-meteoritos (como un para-rayos) que atrae estos bólidos a la región.
El incidente de Tunguska fue anticipado por los chamanes de la región, que movieron gente y animales a otros lugares antes del impacto.
Lo cierto es que objetos misteriosos siguen cayendo sobre la enormidad siberiana. El 3 de octubre de 2002, las agencias de noticias se hicieron eco de la información de que un supuesto meteorito (heraldo del cielo) hizo impacto en la región de Irkutsk, siendo visto por vecinos de las aldeas vecinas, pudiéndose escuchar un ruido ensordecedor y sintiéndose un terremoto poco después.